jueves, 11 de octubre de 2012

Tribus autóctonas... ¿o falsedades?


Tras leer un artículo acerca de Papúa Nueva Guinea, me ha dado pena el pensar cómo de ansiosos somos a veces los humanos por conocer lo más radicalmente distinto y original (yo misma me incluyo en el grupo) olvidando lo verdaderamente importante en el intercambio humano: el corazón y la humildad.

El artículo hablaba de operadores turísticos que te invitan a llevarte a tribus "first contact", nunca vistas (y piensas: si son nunca vistas..., ¿cómo saben los operadores que exiten? ;-) sólo hay que cuestionarse las cosas que te dicen¡!)  y utilizan (porque no hay otra palabra) esas personas y su gente para el comercio del turismo: Personas que ya visten con pantalones o telas, o que ya tienen otro modo de vida que el de sus antepasados o que el que aquí nos dicen, se disfrazan con los taparrabos de sus antepasados y se ponen a simular tradiciones y costumbres que ya distan bastante de su día a día tan solo para complacer los ojos de unos pocos turistas... ¿vale la pena ver eso? Para mí, no:

Lo que importa no es qué viste la gente o qué hacen, sino cómo nos hacen sentir y qué te aportan, y eso, nada tiene que ver con si es ancestral, o virgen, o alejada, o "first contact" una tribu, una situación, o unas personas en concreto, sino con la experiencia de cada uno y con el contacto mutuo libre y real.

A mi parecer, desde el momento en que una persona actúa en parecer algo que ya no es, poco va a tener de real y mágico ese encuentro... porque uno no lo es, y el otro va engañado...

Lo real y mágico para mí es el intercambio entre personas de diferentes razas / religiones / culturas (¡o no!), que vistan como vistan, y hagan lo que hagan, se intercambie desde el corazón abierto a conocer, con mucha humildad y sinceridad, sin apegos ni egos ni ganas de medallas, y sin utilizar personas para tener una experiencia que buscas. Sin que importe la ropa que se lleve o no y la cultura que se tenga.

No olvides que cada persona tiene un alma y un corazón dentro de él...



Las mujeres jirafa en Thailandia reclaman su derecho a vivir del turismo porque para ellas es salir de la persecución que recibían por parte del ejército Birmano. Seria fenomenal si alguien las pudiera liberar de esta esclavitud a cambio de un trabajo más humano que las liberara de sus cuellos.

Esto pasa en el conocido Triángulo de Oro Asiático pero también en Kenya, West Papúa (Indonesia),  y estoy segurísima que pasa también por desgracia en muchos otros lugares más del mundo que desconozco.

Apego a la humildad, a lo real, a no fomentar la continuidad de estos sitios diciendo "No voy, si es un teatro turístico no voy", ese teatro implica fomentar el que hayan personas forzadas a realizar un trabajo desagradable, a tratar a los hombres o niños o mujeres o ancianos como objetos, no como humanos -y bien grandes que pueden llegar a ser!- que son. Y lo que más me molesta, es que estas situaciones suelen dar un dinero desproporcionado a los organizadores -a los que no les suele faltar tanto el dinero-, que no a los locales que sí realmente lo necesitan...

La manera de ayudar a esa gente es escuchándoles, atender ad-hoc a lo que cada una pueda necesitar según sus costumbres, sus deseos... y no según los deseos de una persona ajena a ellos y a su mundo.

Ver es ver más allá.

No dejes que estas organizaciones y operadores ganen dinero a base de esto y apela a hacer un turismo humanitario y con consciencia.

Por un turismo responsable, humano, con corazón y consciencia. :)



Información de West Papúa (Indonesia) y Papúa Nueva Guinea:
http://www.offtheunbeatentrack.com/west-papua/
Una tribu interesantísima a nivel antropológico en Filipinas: http://www.travelblog.org/Asia/Philippines/Mindoro/blog-381891.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario