miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Y por qué no? ¡Cambio de vida!


Sí, ¡cambio de vida! 

Siempre he deseado tener unos meses sabáticos viajando por el mundo, sin ataduras, sin un trabajo al que volver para no tener ningún condicionante mental ni temporal a la hora de tomar decisiones, sentirme libre y dejar literalmente libre al corazón para que él decida dónde ir, cuándo, qué hacer y cómo. 

Llegó un momento. Y lo cogí. Dicen que en esta vida cuando ves pasar un tren que te gusta, ¡debes subirte a él! 
Yo me he subido a él. Puede que porque el lado hippie de mi corazón late con más fuerza que nunca... ;) 

¡Y que me quiten lo bailao!





El regalo que me ha dado la vida es que, al final, lo haré y (muy bien) acompañada. 


Como algunos que me conocéis mucho sabréis, es algo que hace años que me ronda por la cabeza y hace justo 3 años estuve a 1cm de darle al "click" del "go" y emprender un viaje por el mundo yo solita. Algo de racionalidad se me impuso en el camino pensando que como mujer, rubia, blanca, alta de tal forma que no me puedo esconder... en los países que quería ir (África, lugares poco conocidos de Asia, etc), yo sola, era un poco peligroso. Me leí y releí trucos de como sobrevivir una mujer sola dando la vuelta al mundo, como sentarte al lado de otras mujeres en el autobús, ponerte un anillo falso de casada, si te preguntan si viajas sola decir que tu marido está en el congreso aquí al lado, etc. Pero algo en mí no me convenció: ¿tanto tiempo sola? ¿con quien compartiría los buenos momentos? Elegí esperar a ver si la vida me ofrecía de nuevo el momento perfecto para hacerlo y con alguien a quien quisiera...


Y esa persona vino. Se llama David. Tiene 34 años, y porqué no decirlo, ¡está cañón! ;)


Y ese momento vino: Es Hoy. Es este 5 de diciembre de 2012, donde los astros se han unido para que coincida que es un momento de pareja perfecto para emprender este camino que los dos hemos querido: dejamos nuestros respectivos trabajos, el piso en el que cumplimos justo 1 año de alquiler, un piso que se ha convertido en nuestro hogar como la expresión de lo que somos, y nos alejaremos de la familia y los amigos... por un tiempo (¡sólo por un tiempo!).


El viaje no va a ser una vuelta por el mundo: los tiempos cambian y las restricciones económicas imperan. Por eso hemos elegido el continente que nos excita a la vez que es el más económico para vivir: ¡¡el sudeste asiático!! (tras haber tomado la decisión de dejar un precioso proyecto humanitario en Ecuador detrás, quien quiera acercarse, que me pregunte y les paso información! un proyecto que si pudiera me iría ya para allá!)
Asia tiene lo más barato que te puedas permitir aceptar, y lo más caro que puedas permitirte pagar, como una colega de viaje nos dijo en Bombay. Nosotros elegimos lo más barato y auténtico que encontremos eligiendo mezclarnos con la cultura local sea donde sea. No nos gusta ser turistas, sino viajeros -porque no podemos convertirnos en locales, que si no... :p- Buscaremos un proyecto de colaboración humanitaria / social donde crecer aún más como persona y abrirnos a esa gente que lo necesita. Este proyecto aún no está cerrado, lo buscaremos por el camino, sea en Filipinas, en Birmania, en Malaysia o en Indonesia... Queremos estar en cada lugar, no voltearlos, con lo que preferimos hacer menos (en cantidad) con tal de hacer más (en calidad), eso es lo que buscaremos :).

A medio viaje haremos un parón: un retiro de 10 días para hacer meditación e introspección personal manteniendo un silencio extremo en un centro en Dhamma Phala, Filipinas, para ayudar al cuerpo y alma a "ver la realidad tal cual es", saneándola al máximo gracias a los maestros que nos enseñarán y que vienen practicando este tipo de meditación desde tiempos ancestrales... 




Ambos tenemos MUY claro lo que nos gusta, lo que queremos, y que es el momento de nuestra vida para hacerlo y experimentarlo... ¡juntos! Y eso es lo que cuenta.

El vuelo empieza el 5 de diciembre a Singapur, y desde allá iremos recorriendo las maravillas que ofrece este sub contienente: Birmania, Indonesia, Filipinas... 

Una experiencia que no sólo nos va a enriquecer mucho como personas individuales, sino que como pareja también nos va a aportar un valor, una unión y unas vivencias, que considero van a ser únicas. 

La fase 2 de todo esto es que... cuando pongamos fin a esta vuelta viajera, regresaré a Barcelona pero sólo por unos días, de nuevo no ad infinitum... 

¿Por qué? Pues porque la siguiente aventura de la etapa "¿y porque no?" para mí es irnos a vivir a otra ciudad para iniciar una nueva etapa post-viaje los dos juntos. Digo "para mí" porque David ya es un experto en esto. Siempre he sentido el gusanillo de experimentar vivir en otra ciudad (al final, te aporta a nivel personal, profesional, perspectiva, y el conocimiento de si se vive mejor o no que donde naciste, ¡no hay que dar las cosas por sentado! ;-) y evolucionar...). Las ciudades que está ganando puntos ahora son Londres y Singapur: Londres por ser una ciudad donde los dos, no solo tenemos amigos, sino que tenemos buenas oportunidades laborales y enfocadas para cada uno en donde desea, que nos gusta, que nos queda cerca de nuestras respectivas ciudades natales (GVA/BCN) para cuando nos coja "el mono", y queda cerca también para todos aquellos que nos quieran venir a ver (habrá reservado en el piso un espacio para que seáis hiper hiper bienvenid@s!). Singapur por la experiencia que nos puede dar tanto a nivel personal como profesional, así como la oportunidad de mezclarnos con una cultura completamente diferente a la nuestra por más tiempo... 
Pero los dos estamos convencidos que va a ser el viaje quien nos va a decir al final en qué ciudad elegimos vivir. 

Nadie dijo que me fuera a ser fácil tomar una decisión así (que de hecho, no lo ha sido), pero que no lo sea no quiere decir que la vaya hacer imposible: la llevo al terreno de lo real y solo falta cerrar la maleta. He decidido coger el tren, para vivir unas experiencias que siempre he querido vivir, en un momento en que veo que las puedo tener, si me las doy. 
¿La base? Estar bien con uno mismo. Estar bien con tu pareja. Querer lo que se quiere, de verdad (aunque suena redundante, ¡en el fondo no lo es tanto!). Escucharse. Ir a por tus sueños. Y en caso de duda... cuestionarse qué es lo que te retiene. Si en la balanza cae por sí sola... el camino queda claro... ¡Me voy! ¡Ya! :-D

Durante todo el proceso de cambio de ciudad echaré muchísimo de menos todos los momentos que he ido construyendo con cada uno de vosotros: Echaré de menos los cafés y paseos con Mar, las cenitas y encuentro con Ana, Neus, Cris, y Helena en la distancia, las quedadas con "las supernenas", las cenitas o cafés improvisadas con Miquel, con Olalli y Alex, las viaderadas, las cenas de familia, el no-repetir la Tomatina con Betty y John, los encuentros con Marta, con Laura, las cenas que nos da a veces por hacer en casa en la que os hemos invitado a casi todos, los encuentros de Mujeres Poderosas con tanta buena energía (chicas: no encontraré nunca otro grupo como vosotras! lo sé!)...en fin, el veros a todos de tanto en cuanto, el pasar experiencias juntos y el hacer de esta vida que sea inolvidable por los momentos compartidos!! Todo eso me lo llevaré en la maleta, esperando que algún día la pueda abrir y pueda ver cómo estos continúan... y mucho mejor :-)


Cuando venga a Barcelona procuraré tener el tiempo suficiente para daros muy buenos y fuertes abrazos a todos antes volverme a ir!!!


Sé que me llevo algo de cada uno de vosotros conmigo de viaje...

Un besazo enorme a cada uno de vosotros y ¡hasta pronto!


PD: Por favor por favor que el contacto vía email / wassup / facebook nunca pare que es lo que nos mantendrá al día, unidos virtualmente, y me dará las pistitas que tanto necesitaré de por donde va vuestra vida e ilusiones! 


Así os apreto. ¿lo sentís? ;p

Y por último... una canción para darle sonido al asunto ;):

http://www.youtube.com/watch?v=Xn676-fLq7I&noredirect=1
What doesn't kill you makes you stronger!

jueves, 11 de octubre de 2012

Tribus autóctonas... ¿o falsedades?


Tras leer un artículo acerca de Papúa Nueva Guinea, me ha dado pena el pensar cómo de ansiosos somos a veces los humanos por conocer lo más radicalmente distinto y original (yo misma me incluyo en el grupo) olvidando lo verdaderamente importante en el intercambio humano: el corazón y la humildad.

El artículo hablaba de operadores turísticos que te invitan a llevarte a tribus "first contact", nunca vistas (y piensas: si son nunca vistas..., ¿cómo saben los operadores que exiten? ;-) sólo hay que cuestionarse las cosas que te dicen¡!)  y utilizan (porque no hay otra palabra) esas personas y su gente para el comercio del turismo: Personas que ya visten con pantalones o telas, o que ya tienen otro modo de vida que el de sus antepasados o que el que aquí nos dicen, se disfrazan con los taparrabos de sus antepasados y se ponen a simular tradiciones y costumbres que ya distan bastante de su día a día tan solo para complacer los ojos de unos pocos turistas... ¿vale la pena ver eso? Para mí, no:

Lo que importa no es qué viste la gente o qué hacen, sino cómo nos hacen sentir y qué te aportan, y eso, nada tiene que ver con si es ancestral, o virgen, o alejada, o "first contact" una tribu, una situación, o unas personas en concreto, sino con la experiencia de cada uno y con el contacto mutuo libre y real.

A mi parecer, desde el momento en que una persona actúa en parecer algo que ya no es, poco va a tener de real y mágico ese encuentro... porque uno no lo es, y el otro va engañado...

Lo real y mágico para mí es el intercambio entre personas de diferentes razas / religiones / culturas (¡o no!), que vistan como vistan, y hagan lo que hagan, se intercambie desde el corazón abierto a conocer, con mucha humildad y sinceridad, sin apegos ni egos ni ganas de medallas, y sin utilizar personas para tener una experiencia que buscas. Sin que importe la ropa que se lleve o no y la cultura que se tenga.

No olvides que cada persona tiene un alma y un corazón dentro de él...



Las mujeres jirafa en Thailandia reclaman su derecho a vivir del turismo porque para ellas es salir de la persecución que recibían por parte del ejército Birmano. Seria fenomenal si alguien las pudiera liberar de esta esclavitud a cambio de un trabajo más humano que las liberara de sus cuellos.

Esto pasa en el conocido Triángulo de Oro Asiático pero también en Kenya, West Papúa (Indonesia),  y estoy segurísima que pasa también por desgracia en muchos otros lugares más del mundo que desconozco.

Apego a la humildad, a lo real, a no fomentar la continuidad de estos sitios diciendo "No voy, si es un teatro turístico no voy", ese teatro implica fomentar el que hayan personas forzadas a realizar un trabajo desagradable, a tratar a los hombres o niños o mujeres o ancianos como objetos, no como humanos -y bien grandes que pueden llegar a ser!- que son. Y lo que más me molesta, es que estas situaciones suelen dar un dinero desproporcionado a los organizadores -a los que no les suele faltar tanto el dinero-, que no a los locales que sí realmente lo necesitan...

La manera de ayudar a esa gente es escuchándoles, atender ad-hoc a lo que cada una pueda necesitar según sus costumbres, sus deseos... y no según los deseos de una persona ajena a ellos y a su mundo.

Ver es ver más allá.

No dejes que estas organizaciones y operadores ganen dinero a base de esto y apela a hacer un turismo humanitario y con consciencia.

Por un turismo responsable, humano, con corazón y consciencia. :)



Información de West Papúa (Indonesia) y Papúa Nueva Guinea:
http://www.offtheunbeatentrack.com/west-papua/
Una tribu interesantísima a nivel antropológico en Filipinas: http://www.travelblog.org/Asia/Philippines/Mindoro/blog-381891.html